Aventuras y desventuras de un marino bejarano: Tomás Olleros Mansilla (y II)
En 1874 se le nombra Secretario de la Comandancia de Marina del Norte con la misión de participar en las grandes maniobras de estrategia en las grandes operaciones de la escuadra contra el ejército carlista, aún no derrotado. El 18 de marzo de 1874, ya en tierra, tuvo el privilegio de conferenciar con el general Serrano y el comandante Topete, Ministro de Marina, para lo cual se vio precisado a caminar varias leguas a caballo y a pie bajo fuego enemigo. El 2 de mayo los carlistas rindieron el sitio de Bilbao y don Tomás trasladó en su buque “Buenaventura” al general Serrano. El 2 de noviembre es nombrado comandante de la goleta “Caridad” y se le encarga el transporte del cadáver del infante don Sebastián de Borbón, que había luchado en el bando carlista, desde Bayona.
Entre 1876 y 1878 se embarca hacia Cuba con el grado de Teniente de Navío de 1ª Clase y Teniente Coronel de Infantería de Marina, ascenso que se le otorgó por sus servicios prestados en la escuadra del Cantábrico, como vimos anteriormente. A su vuelta lo hará ya con el grado de Coronel del Ejército concedido el 18 de febrero de 1878. Su misión en la isla se centrará en la neutralización de la revolución cubana que culminará con la firma de la Paz de Zanjón de 1878. Don Tomás llevaría en más de una ocasión en su nave al General Martínez Campos y a sus tropas, combatiría de manera directa a los rebeldes y organizaría las escuadras para el ataque. El día 30 de junio de 1877, mientras se estaba produciendo su matrimonio por poderes en España, él se encontraba en una expedición de enfrentamiento y castigo al enemigo. A su vuelta sería condecorado con la Cruz del Mérito Naval de 3ª Clase con distintivo rojo.
El marino bejarano conoció con cuarenta años en una de sus estancias peninsulares entre embarque y embarque, a la gaditana de familia de marinos Mª de los Milagros Vernacci Moreau, casándose en 1878 y teniendo un hijo, Tomás, que murió en la niñez. Siempre llevaba actualizado un diario, como todo buen surcador de los mares, y en él apuntaba destinos, peligros, lugares y pensamientos. Parece ser que nunca tuvo deseos de inmiscuirse en asuntos políticos.
Después de solo cuatro meses de descanso, don Tomás sería destinado de nuevo a Filipinas en 1879. Sin embargo, ya no navegaba solo, pues su mujer le acompañaba con la intención de poner casa en Manila. Ahora al mando como comandante de de la corbeta “María de Molina” y nombrado Ayudante mayor del arsenal de Cavite, además de Capitán de Fragata, visitará Corea, China y Japón fondeando en los principales puertos. Tras un año sin tener noticias de él, su esposa inició un peligroso viaje de búsqueda en un barco inglés con destino a Pekín desde Manila en 1880. Debido a una fuerte tormenta el capitán del navío precisó a atar a la dama a uno de los mástiles, pero, a pesar de estas aventuras, Mª de los Milagros llegó a buen puerto y su objetivo se vio cumplido. El 22 de enero de 1882 Tomás Olleros Mansilla con su fragata “María de Molina”, dos compañías de infantería de Marina y el cañonero “Panay” tomó posesión en nombre de España de las islas Tawi Tawi en Borneo, construyendo varias fortificaciones.
Al finalizar la misión, se trasladó a Béjar con el objetivo de ver a sus parientes y amigos. Le acompañaba su hermano Anselmo Olleros Mansilla, militar del Estado Mayor del Ejército, y su equipaje iba plagado de regalos exóticos.
En 1884 volvió al mar destinado a la Comandancia de Marina y Capitanía del puerto de Ilo-Ilo en la isla de Panay (Filipinas). En 1886 regresa a Madrid para no volver a embarcar. De sus 47 años, 33 vieron surcar océanos, mares, tierras, razas, religiones y lenguas. A partir es este momento, quedará a las órdenes del Ministro de Marina por sus conocimientos administrativos y organizativos. Pasa de cargo en cargo, siempre valorándose su amplia experiencia: Oficial de 1º y Director de Personal del ministerio, Vocal de la Comisión de la Conmemoración del Cuarto Centenario del Descubrimiento de América, miembro de la Comisión Mixta de Guerra y Marina. En 1889 asciende a Capitán de Navío y en 1890 se le nombra Secretario del Consejo Superior de la Marina.
Se dice que es por entonces, llevando una vida sosegada, cuando hace sus pinitos en pintura, dibujo y poesía. Con él, ya trasladada su casa desde Manila, su fiel esposa Mª de los Milagros y su mascota, una mona traída desde Filipinas que pasean por las calles de Madrid atada a una cuerda, como si de un perrillo se tratara.
El 3 de septiembre de 1890 moría don Tomás en Madrid de una “pulmonía infecciosa” a los 52 años. Milagros decidió ingresar en el monasterio de la Visitación de Santa María de Madrid (Salesas) en 1893 hasta el final de sus días en 1907.
Mª del Carmen Cascón Matas
BIBLIOGRAFÍA:
OLLEROS DE EIRIS, M.: “Tomás Olleros Mansilla”. Edición no venal y reducida.
AGERO TEIXIDOR, R.: “Un marino bejarano”. Béjar en Madrid, 1967.
SÁNCHEZ PASO, J.A.: “Bejaranos en el Diccionario biográfico español”. Especial Béjar en Madrid, 2009, nº 4.580.